Un hombre con un traje blanco se para con la mano en el pecho, mirando hacia arriba y a la derecha.

Calvin Royal III

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HUELLAS QUE VALE LA PENA SEGUIR

Calvin Royal IlI es muy consciente de la responsabilidad que tiene como bailarín principal de la American Ballet Theatre (ABT), una de las principales compañías de ballet clásico del mundo. "El físico necesario para ser bailarín de ballet es apabullante, sobre todo cuando se representan 64 shows en 8 semanas", afirma. Para Calvin, el espíritu de progreso que encarna la última entrega de la icónica campaña Keep Walking de Johnnie Walker es algo con lo puede identificarse totalmente. Al igual que la marca, él también quiere seguir avanzando, dejando huellas de sí mismo y de otros que valgan la pena seguir.

Un hombre con una camiseta negra sin mangas y pantalones azules está en equilibrio sobre una pierna en un estudio de baile con paredes beige y un piso de madera.

Calvin está especialmente comprometido con la mejora del acceso al mundo del ballet porque su propio camino hacia la cima ha sido todo menos normal. En 2017, se convirtió en el tercer bailarín negro nombrado director en los 84 años de historia de la ABT. También es el primer hombre negro que ostenta este título en más de dos décadas. Calvin, que creció en Tampa (Florida), mostró su pasión por la danza desde muy joven, pero no empezó a tomar clases de ballet sino hasta los 14 años, un comienzo inusualmente tardío en un mundo en el que algunos bailarines comienzan su formación desde pequeños. A los 17 ganó una beca para la Jacqueline Kennedy Onassis School de la ABT, pero trasladarse a Nueva York para continuar su formación fue una dura curva de aprendizaje para él.

"Estaba rodeado de bailarines de ballet que llevaban toda la vida entrenando. Entonces me di cuenta de lo mucho que me costaría ponerme al día", recuerda. "Cada vez que miraba alrededor de la sala no veía ninguna diversidad real". Calvin admite que a menudo se sentía "aislado". Abrirse a sus compañeros era complicado, porque también eran sus competidores. "Sabías que todos luchaban por ganarse un puesto en la compañía, y solo unos pocos lo conseguían", comenta.

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NUEVOS CAMINOS

Con las percepciones, la inspiración y la educación en mente, Calvin fuera del escenario está creando su propia fundación benéfica que trabajará para crear nuevos caminos para que los grupos menos representados entren y tengan éxito en el mundo de la danza. El objetivo de Calvin es hacer más accesible la danza clásica. "Esta forma de arte es muy importante para mí y tengo el compromiso de que esté abierta a todos".

Cuando eres bailarín principal, también te conviertes en un modelo a seguir. Sobre tus hombros recae la responsabilidad de asegurarte de que la próxima generación sepa que no solo somos artistas, sino que también llevamos hacia adelante el arte de una forma auténtica y accesible

Un bailarín de ballet masculino con un traje blanco posa en un escenario oscuro.